【File: 0902】 Han Geng 【韩庚】

por **Han Geng** Vie Jun 27, 2014 8:54 pm

Death is not kind. It’s dark, black as far as you can see, and you’re all alone. But it’s not different when you’re alive, is it ? No matter how many relationships we seem to have, we're all alone. I and you, too.

Datos Básicos

Nombre completo: Han Geng [韩庚]

Edad: 20

Apodo: Geng

Grupo: Solitario

Ocupación: Cazador

O.Sexual: Indefinida

Descripción psicológica

Han Geng es una persona muy metódica. Disfruta de las cosas que llevan un orden específico. Tiende a acomodar y reacomodar sus pocas pertenencias; posee un itinerario mental impecable. Sin embargo, en ocasiones es olvidadizo, torpe y poco agraciado. Sensato, procura meditar antes de actuar. Es exageradamente reservado. Es un hombre muy silencioso, tanto que incluso podría creérsele mudo

Nunca reconoce ni habla de sus tormentos personales; lo que se convierte en un grande defecto, puesto que guarda sus preocupaciones para sí mismo y permite que se vayan acumulando, inconclusas. Por eso Han Geng podría ser considerado como una bomba de tiempo; eventualmente no podrá sostener la débil barrera con la que se armó, y explotará. Se esfuerza por poner el pasado atrás, de dejarlo ahí y sin tocar. Tiene la fuerte creencia de lo que hecho está, así se quedará. Por lo tanto, la muerte, para él, es una sentencia final y sin remedio. Es práctico: valora la vida sobre la muerte.

Es aprensivo, teme a la soledad. No es compasivo.

Han Geng es muy observador, y un hábil aprendiz. Mucho de lo que sabe hacer, como nadar, cazar o cocinar su comida, lo ha aprendido a partir de la imitación. Se considera un excelente oyente, pero un pésimo hablador. Es un hombre asocial: no sabe cómo tratar con otras personas. Es cínico y paranoico, desconfiado. Adora tener el control, pues no sabe lidiar con emociones que no entiende.

Padece del complejo de Edipo. Lleva el recuerdo de su madre tatuado en sus memorias. Se trata de lo único que no ha sido capaz de ignorar. Los pensamientos y sentires que tiene respecto a ella pueden ser considerados inmorales, enfermizos e incluso incestuosos.

Historia

Han Geng nació cuando la Gran Guerra ya había terminado. Su padre murió en batalla y su madre fue una de las pocas sobrevivientes que lograron escapar antes de que China fuera exterminada y borrada del mapa terráqueo. El embarazo significó para ella una dificultad: ya tenía un hijo y otro estaba en camino, pero no había comida suficiente para los tres. Casi se desangró por completo en el parto. Pero, por segunda ocasión, escapó de las garras de la Muerte y dio vida a su segundo hijo, Han Geng.
El grupo de sobrevivientes se asentó cerca del mar, en una playa perteneciente a lo que alguna se llamó Francia. Han Geng creció sin conocer otra vida mejor. Desde pequeño, la falta de comida significó algo natural; gente muriendo por enfermedad y hambre a diario no era nada sorpresivo. Se educó como un perfecto ladrón, pues arrebatar las pertenencia a los cadáveres, junto a su hermano mayor, era un juego. El que conseguía más “tesoros”, ganaba.

Los juegos no duraron mucho, pues Han Geng perdió a su hermano en una inundación. Los desastres naturales no eran desconocidos en el mundo de la post-guerra. Han Geng pronto se encontró siendo “el hombre de la casa”, cargando una responsabilidad que era extraña para él, puesto que hasta ese entonces vivió bajo el ala y la protección de su hermano mayor.

La muerte de su hermano lo hizo más consciente de lo que significaba su mamá para él: ella era lo único que tenía y dependía de ella tanto como ella dependía de él. Famélica, su madre apenas podía laborar. Dejó de hacerlo una vez que Han Geng cumplió doce años, edad suficiente para empezar a trabajar. Han Geng solía acompañar a su madre por la ración de comida que les correspondía; temía que algún hombre abusivo intentara lastimarla: no sería la primera vez, pero Han Geng no quería que volviera a suceder. Siempre tomaba la mano de ella, o la escoltaba con su brazo. Han Geng sentía un profundo y enfermizo amor por ella, y no se dio cuenta de ello hasta que se quedó completamente solo.

La madre de Han Geng murió en un día soleado, bajo un cielo despejado y falto de nubes. Fue un día en el que las avionetas de la ONU dejaron caer escazas provisiones. Apenas dos cajas de comida para repartir entre una comunidad de más de quince familias. Las palabras humanidad y solidaridad murieron junto con los soldados en la Gran Guerra. Hubo golpes, patadas, mordidas dignas de un caníbal. El más fuerte se llevó lo mejor del botín.

Horas más tarde, Han Geng se encontraría con el cadáver aterido de su madre a sus pies. Sus ojos abiertos y mortecinos; los labios, partidos rojos con sangre. Su pequeño y delgado cuerpo roto, exangüe. Su cabello largo, lacio y negro, extendido sobre la sucia tierra. Han Geng no tuvo nada con que amortajarla, por lo que la dejó ahí. De todos modos ya no importaba. Ella estaba muerta.

Esa misma noche, Han Geng se sentó, abrazando sus rodillas. No sentía frío, ya que la fogata que hizo con los restos de su madre lo ayudó a aguantar la brisa gélida. La observó quemarse, hasta que no quedaron nada más que cenizas y unos cuantos huesos. Sopesó, mientras el cuerpo de su mamá ardía, lo que podía hacer. Realizó que si se quedaba, su destino sería el mismo que el de su madre y el de su hermano. Decidió que si iba a morir, lo haría lejos de lo que alguna vez llamó hogar.

Aprovechó que la gente dormía para tomar sus cosas. Necesitaba comida, agua. Ropa. Lo único que tomó de su humilde casa de palos fue una bufanda de color rojo bermellón. Era la favorita de su madre. Todavía olía a ella. Con el simple aroma Han Geng podía sentir sus callosas manos haciéndole cariño en el pelo. Podía escuchar su voz, cantándole canciones de cuna, tratando de arrullarlo y hacerle olvidar el dolor de su hambriento estómago. Y, aunque no lo reconociera abiertamente, sabe muy dentro de él que jamás se recuperó de la muerte de su madre. Añoraría siempre sus abrazos, el sentimiento de sus suaves y maternales senos contra su cuerpo.

Han Geng ahora se dedica a vagar entre ruinas de lo que alguna vez fueron grandes metrópolis. Sus encuentros con la muerte son constantes, pero no duraderos. Después de todo, la falta de comida será un problema constante en su vida. Así pues, Han Geng se ha enseñado a cazar, y come carne animal cada que tiene la oportunidad.

Han Geng podría pensar que ya lo ha vivido todo, pero lo que no sabe es que en un mundo oscuro como lo es el planeta Tierra, cuyo cáncer son los seres humanos, quedan todavía muchas más razones para sufrir.

Otros datos

♠Las circunstancias en las que falleció su hermano lo inspiraron para aprender a nadar, ya que temía acabar ahogado también.
♠Nunca piensa ni se pregunta quién y cómo era su padre.
♠Odia el ruido, mucho más aquel que no tiene armonía.
♠Las ratas y las alturas le dan miedo.
♠Posee una voz muy suave.
♠No sabe convivir en grupos.

outlast

por **Keiko Kitagawa** Sáb Jun 28, 2014 12:22 am

Ficha Aceptada

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