After all still here ... You'll be a long time? KEEP ALIVE!.

Ahora no queda más que escombros… La ley del más fuerte es la única ley, cada día hay que preocuparse por satisfacer las necesidades básicas. Ya no hay lujos, no hay de donde escoger, ahora se sobrevive por los propios medios. Las profesiones se han reducido a oficios, los que alguna vez vivieron del glamour bajo las luces de la farándula ahora deben aprender a cazar, sembrar y preparar la comida con sus propias manos. La delgadez propia del estereotipo de belleza ahora ya no es resultado de las dietas y cirugías, ahora es resultado del hambre que pasan los que no tienen ni se preocupan de aprender las habilidades para subsistir. Muchos han muerto por esta causa y los que tuvieron el tesón de salir a buscar comida entre los restos de lo que alguna vez fue la ciudad han perdurado. La rapiña, delincuencia y demás abusos son el pan nuestro de cada día, por ello la gente se ha empezado a agrupar, esto mantiene la esperanza de tener protección, alguien que trabajando hombro con hombro pueda dar el sentimiento de una familia. Cazadores, recolectores, campesinos, granjeros, médicos, constructores…esas son las profesiones valoradas hoy en día. Esas y…guerreros, gente que esté dispuesta a dar su vida por la supervivencia de su grupo. Cada agrupación marca su territorio y lo defiende, no es posible tener la guardia baja. Pestañear siquiera es sinónimo de morir. El grupo mayor de personas o la comunidad más grande de sobrevivientes se resguarda en el edificio que alguna vez fue la Universidad, ahora abandonada pero con la fortaleza y espacio suficiente para resguardar a mucha gente. Por lo mismo están bajo el constante acecho de los saqueadores. La ONU (o lo que queda de ella) se ha encargado de reunir alimentos para repartir entre las zonas de desastre, pero al ser casi todo el mundo devastado nunca es suficiente para todos. De tal forma que cada semana hay nuevos enfrentamientos al ver pasar las avionetas que lanzan las cajas con provisiones. La suerte no es de quien ocupa el terreno donde tales cargas caerán, sino de quien la encuentre y se la lleve primero, ya que el hambre y la necesidad es tanta que los grupos invaden territorio enemigo para llevarse el alimento, lo cual es razón para que al escuchar el ruido de las hélices, las madres abrazan a sus pequeños y hacen una oración por quienes perderán la vida ese día.

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